Que contendáis ardientemente por la fe...

Que contendáis ardientemente por la fe...

El apóstol Judas, hermano de Santiago y, muy posiblemente, hermano de nuestro Señor, vivió sus últimos años en los que el descaro y la herejía estaban impregnando la vida santa y común de la Iglesia. La fe primitiva que él había presenciado desde sus inicios, ahora se hallaba duramente bombardeada, y los agentes secretos del maligno habían posesionado la bandera del mal entre los dirigentes mismos de aquella Iglesia de fines de siglo.

Aquella Iglesia qué vio nacer después de la Resurrección, aquella Iglesia fortalecida en Pentecostés y aquella Iglesia fiel en las persecuciones descuidó su velar de atalaya y permitió que los rufianes disfrazados, aquellos lobos vestidos de ovejas, que no perdonan el rebaño, convirtieran la Gracia de Dios en un nefasto libertinaje. El mal que atacaba a los creyentes no venía de afuera, sino de dentro mismo de sus filas. Los enemigos eran los de la propia casa, y los pequeñitos estaban siendo confundidos por el veneno del error premeditado y la ideología anti bíblica.

Por eso Judas, en su profundo amor por el Salvador, y celo por el Evangelio esgrime la profunda exclamación en un grito de guerra para despertar a los dormidos, pero verdaderos, creyentes: “Me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”

Ese es nuestra labor hoy. ¡Qué los creyentes se levanten a pelear por aquella fe que fue dada en el Calvario! Que los verdaderos discípulos se vistan de las armas de la luz, las cuales no son carnales sino llenas de poder celestial, y se propongan a derribar las fortalezas del enemigo, echando a tierra todo argumento que se levante contra el Evangelio y llevando todos los pensamientos cautivos en obediencia a Cristo, pues su Señor va delante de ellos y Él mismo los revestirá de su fuerza poderosa.

Que nosotros seamos el instrumento para despertar a los valientes del Rey, y que un día se nos pueda decir: ¡Bien hecho mi siervo fiel!

Es nuestro deseo decirte: Persevera hermano mío, persevera en la gracia y defiendo el Evangelio. Vívelo aunque te cueste la vida y predícalo aunque te cueste la muerte. Levanta tu voz en el desierto del mundo y prepara la Venida del Señor en este tiempo de escasez de la predicación bíblica. Endereza tus sendas.

La Gracia del Señor y Padre sea con todos ustedes.

Misión Clamor en el Desierto C.I.T.W.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Algunos aspectos a considerar sobre la Cruz


LA CRUZ DE CRISTO

“Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado” (1 Corintios 2:2)
                 Isaías 53: Un bosquejo del Evangelio
                 1.      La Agonía en Getsemaní (Mateo 26:38,39,42; Lucas 22:42,44jmj)
                 2.      Arresto y Acusaciones Falsas (Mateo 26:55; Marco 14:56)
                 3.      Menospreciado y Escarnecido (Lucas 23:11)
                 4.      Inocencia (Juan 18:38)
                 5.      Un Justo por los injustos (Lucas 23:14-18)
                 6.      La verdadera causa de lamentación (Lucas 23:27-28)
                 7.      Contado con los pecadores (Lucas 23:33)
                 8.      El Cordero de Dios (Lucas 23:41; Juan 1:36)
                 9.      El Abandono de Dios (Marcos 15:34)
                 10.  Consumado es, la Justicia Satisfecha (Marcos 15:37-39; Juan 19:30)
                 11.  Muerte total, toda la Sangre derramada (Juan 19:33,34)

CULPABLES DE LA CRUCIFICCIÓN DEL HIJO
Todo el género humano: Tú, Yo y nuestros pecados: (Hechos 2:23,36; Hechos 4:10)

PLANIFICACIÓN DEL PLAN DE LA CRUZ
Planeado desde antes de la Fundación del Mundo: (Hechos 2:23; 1 Pedro 1:19,20)

UN SIGNIFICADO MÚLTIPLE DE LA CRUZ
                 1.      Tropiezo (judíos), Locura (gentiles), Poder de Salvación (llamados): 1 Corintios 1:18,22-24; Gálatas 5:11.
                 2.      Sabiduría de Dios y el Centro de la Fe Cristiana: 1 Corintios 1:28-31; 1 Corintios 2:2; Gálatas 6:14.
                 3.      Reconciliación con Dios: Efesios 2:16; Colosenses 1:20.
                 4.      Satisfacción de la Justicia Divina: Colosenses 2:14,15.




PROPÓSITOS DE LA CRUZ DE CRISTO

Con relación a Dios:
Vindicación de la causa de Dios en relación a:
Su Carácter: El es Justo. (Éxodo 9:27; Daniel 9:14)
Su Naturaleza: El es Santo. (Levítico 11:44; Isaías 6:3)
Su Reputación y Honor: El es Digno, y su Nombre es Santo. (Ezequiel 36:16-28)
Su Amor y Justicia: El Dios que es Justo también es misericordioso y ama, pero aun así aplicará el castigo contra el pecado, y el Juez Justo no dejará su Justicia insatisfecha. (Éxodo 34:6,7; Proverbios 17:15) Esta es la parte más complicada del Evangelio, EL AMOR ETERNO Y LA JUSTICIA SANTA DE DIOS
Su Concepto del Pecado: Lo considera una ofensa contra Sí mismo y un quebrantamiento de sus leyes y Voluntad (Salmo 5:5; 1 Juan 3:4)
Su Aborrecimiento hacia el pecado y el pecador: El Odia el pecado, Castigará al pecador, pues su inmundicia hace que lo aborrezca. (Nahum 1:2; Salmo 11:5-7)
Manifestar públicamente su Justicia y la realidad de su sentencia: Si bien Dios no ha aplicado todo el peso del cáliz de su ira sobre la humanidad a causa del pecado, en la Cruz el hizo evidente que tan grave y maligno es el pecado que requirió el SACRIFICIO del AMADO, y que algún día ese mismo veredicto caerá en los que no creyeron en su HIJO.
La Repuesta de Dios a la Gran Interrogante Salvadora: SOY EL JUSTO Y EL QUE JUSTIFICA.
LA ACRÓPOLIS DE LA FE CRISTIANA
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante el redención que es en Cristo Jesús, al cual Dios ha presentado en apaciguamiento de la ira por la confianza en su sangre, para manifestación de Su Justicia, por causa a haber pasado por alto, en su auto-refrenamiento y tolerancia, los pecados cometidos antiguamente, con la mira de manifestar Su Justicia en este tiempo: para que Él sea el Justo, y el que Justifica al que es de la fe de Jesús.” Romanos 3:24-26.




Con relación al hombre:
Expiación: Cubrir. El expiar por el pecado significa ocultarlo de la vista de Dios, a fin de que pierda el poder de provocar su ira. Pago de una ofensa hecha a Dios. (Isaías 53:10; Hebreos 2:17)
Propiciación: Apaciguamiento de la justa ira del Dios santo, mediante el ofrecimiento de un sacrificio expiatorio. Ofrenda o sacrificio que se le ofrece a Dios para evitar su ira. (Romanos 3:25; 1 Juan 2:2)
Sustitución: Tomar el lugar de otro. El sacrificio hacía lo que no podía hacer la persona. Dios, el pecador, la víctima sustituta aceptada en lugar del pecador. (1 Pedro 3:18; Isaías 53:5,6; Romanos 5:21)
Redención: Rescate. Comprar algo de nuevo, mediante el pago de su precio; liberar de la esclavitud mediante el pago de un precio; comprar en el mercado y sacar del mercado. Rescate de un objeto pagando la deuda que había sobre él. (Romanos 3:24; Efesios 1:7; Colosenses 1:14)
Reconciliación: Restauración de los vínculos de amor y de obediencia entre la humanidad y Dios, rotos por el pecado. (Romanos 5:11)
Justificación: Rendir un veredicto a favor del acusado, quien es declarado "justo", es decir, libre de culpa. (Romanos 4:25; Romanos 5:9,18)
Imputación: Cuando la justicia de otro es atribuida en la cuenta del pecador, y se le declara justo. (Romanos 4:6; 2 Corintios 5:21)
La Justificación por la Fe: Confiar en que la obra completa y suficiente de Cristo hace del pecador un "justo", ya que la justicia que tiene contada no es la propia sino que es la justicia eterna y perfecta del maravilloso Salvador, la cual le ha sido imputada en pertenencia por la fe, no dando lugar las obras, pues es por pura gracia. (Hechos 13:39; Romanos 3:24,28; Romanos 5:1; Gálatas 2:16)
Gracia: El inmerecido amor de Dios por el cual perdona y transforma al pecador. (Oseas 14:4; Juan 1:17; Romanos 4:16;  Romanos 5:2,20; Romanos 11:6, Gálatas 2:21; Efesios 2:8)
Absolución: Dejar libre al pecador. Perdón. (Lucas 3:3; Hechos 10:43; Hechos 26:18)
Santificación: El pecador convertido experimenta en su interior una obra que lo va haciendo justo en su carácter y personalidad, lo convierte en un justo. La justicia de la santificación es la nuestra, impartida, inherente e influida en nosotros por el Espíritu Santo, pero mezclada con flaqueza e imperfección. Es una obra eminentemente progresiva, y admite un crecimiento continuo mientras el creyente viva aquí en la tierra, se refiere a la renovación moral del corazón. Es una obra de Dios dentro del creyente que no puede dejar de manifestarse a los ojos de los demás. (Hebreos 2:11; 1 Tesalonicenses 4:7)
CONCLUSIÓN
Dios manda a todos los hombres, en todo lugar a que se arrepientan y confíen en el Evangelio de la Gracia de Dios, Jesucristo muriendo por los pecadores, y estos hechos justos.
Vengan a Cristo, contémplenlo en la cruz en tu lugar, cargando tus pecados y bebiendo la copa de ira que merecen esos pecados, y regocíjate en la Salvación regalada y gratis de Dios.

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